Las familias ecuatorianas, representadas en este manifiesto por las organizaciones civiles aquí firmantes, proclamamos que TODA VIDA HUMANA es valiosa, única e irrepetible y tiene dignidad propia, que no es concedida por el Estado, ni se pierde por la edad, enfermedad o circunstancias adversas en las que fuere concebida. Millones de familias ven en usted esa esperanza de blindarla como núcleo fundamental de la sociedad, tal como lo expresa el Artículo 67 de la Carta Magna, para brindarles soluciones integrales que ataquen de raíz el problema principal como lo es el abuso sistemático intrafamiliar, garantizando el derecho a una vida libre de violencia, tanto antes como después de nacer.